En tradiciones médicas antiguas, el cardamomo podía curar un dolor de garganta, infecciones en los dientes y las encías, congestión, tuberculosis, problemas del estómago, riñones o pulmones, y también se usaba como antídoto para mordidas de araña o víbora.
Tanto en la medicina moderna como antigua, se cree que el cardamomo tiene propiedades que levantan el ánimo, por lo que se usa como antidepresivo y como aromaterapia. Se dice que alivia problemas de espasmos musculares, y de acuerdo a estudios del Instituto Central de Investigación Tecnológica de Alimentos en la India, contiene varios componentes que evitan la coagulación de la sangre.